La búsqueda desesperada por Azriel López, un niño domínico puertorriqueño de apenas 4 años, culminó con un trágico desenlace este 2 de mayo, cuando su cuerpo fue hallado en las aguas del río Merrimack, cerca de un campo de golf en Tewksbury, Massachusetts. El menor había desaparecido el pasado 19 de abril durante una salida familiar en el área de Lowell, desatando un operativo de búsqueda que mantuvo en vilo a dos comunidades durante casi dos semanas.
El hallazgo fue realizado por un oficial estatal fuera de servicio, quien divisó un cuerpo flotando en el río mientras navegaba en su embarcación personal. Las autoridades acudieron de inmediato al lugar, confirmando que se trataba del menor buscado intensamente desde hacía 13 días. La información fue ratificada por la Fiscalía del Distrito de Middlesex, que encabezó las diligencias junto a agencias locales y estatales.
Desde el momento de la desaparición, se desplegó un operativo de búsqueda masivo que incluyó drones, buzos, helicópteros y unidades caninas. Sin embargo, las fuertes corrientes del río y las bajas temperaturas complicaron significativamente las labores de rastreo, frustrando los esfuerzos por localizar al niño con vida.
Durante esos días de incertidumbre, la familia de Azriel, dividida entre Massachusetts y Puerto Rico, mantuvo vivas las esperanzas y agradeció el apoyo de la comunidad hispana, vecinos y voluntarios que se unieron a las labores de búsqueda. En redes sociales, la historia del menor resonó ampliamente, movilizando a decenas de personas que compartieron información y organizaron vigilias en honor al niño.
Aunque las autoridades no han reportado indicios de circunstancias sospechosas, la fiscalía continúa revisando el caso como parte del procedimiento estándar en este tipo de situaciones. Mientras tanto, la comunidad permanece conmocionada por la tragedia, recordando a Azriel como un niño alegre y lleno de vida, cuya pérdida deja un vacío difícil de llenar.